El legado

Eduardo Sívori fue un maestro admirado y amado por sucesivas generaciones de estudiantes. Dedicó su vida no solo a la práctica artística, sino también a la enseñanza, y tuvo un rol crucial en la conformación y el sostén de instituciones vinculadas con el arte en la Argentina. Además de fundar la Sociedad Estímulo, participó en la organización de las exposiciones del Ateneo, y fue un actor clave en la creación del Museo Nacional de Bellas Artes, la nacionalización de la Academia de Bellas Artes y la realización de los Salones Nacionales.

No tuvo hijos, pero sí numerosos ahijados y discípulos que le profesaron verdadera devoción. Entre estos últimos se destaca Mario Canale, quien heredó y reunió todo su archivo y su obra. Además, organizó la exposición póstuma de 1919 y un vasto programa de homenajes, como la suscripción popular destinada a erigir un monumento al maestro, que hoy se encuentra en el museo que lleva su nombre. El archivo de Canale, adquirido en 2003 por la Fundación Espigas, permitió que llegara hasta nuestros días el fondo documental de Eduardo Sívori, gracias al cual hemos podido reunir aquí la vida y la obra de este pionero del arte en la Argentina.


Este es el texto 1

Mario Canale
(Vicenza, 1890 – Buenos Aires, 1951)
La noche de los viernes, 1914
Óleo sobre tela
195 x 212,5 cm
Inventario nº 5683
Colección Museo Nacional de Bellas Artes

Tal vez para componer este óleo de gran formato, Mario Canale se haya inspirado en los célebres retratos que Henri Fantin-Latour realizó del grupo de pintores impresionistas congregados en el atelier de Édouard Manet. Fue expuesto en el Salón Nacional de 1914, donde fue adquirido por la Comisión Nacional de Bellas Artes con destino al Museo Nacional. La noche de los viernes representa la tertulia bohemia y elegante que se reunía en la casa de Canale. En el centro se autorretrató mirando un libro ilustrado que sostiene uno de sus colegas, flanqueado a la derecha por la figura tensa y melancólica de Walter de Navazio y por otros artistas, entre los que se destaca Rogelio Yrurtia, de pie, barbado y fumando un puro. Con la clara intención de homenajearlo, en la pared del fondo se destaca el perfil del maestro Eduardo Sívori, a quien Canale había dedicado poco antes una serie de grabados.

Este notable desnudo de su período francés revela el aprovechamiento de las sesiones de pose con modelo vivo en la Academia Colarossi, con un tratamiento minucioso de las carnaciones, sin idealizaciones convencionales. Las marcas de un bastidor anterior indican que la tela pudo haber sido recortada, una práctica habitual de Sívori en otras obras de esta época de formación.

Afiche del Estudio de dibujo y pintura para señoritas dirigido por Eduardo Sívori, s/f
Impreso
26,5 x 17,5 cm
Fondo Mario Canale
Centro de Estudios Espigas (UNSAM) – Fundación Espigas, Ciudad de Buenos Aires

Fueron numerosas ―y muchas de ellas destacadas― las discípulas de Eduardo Sívori, en un tiempo en que las bellas artes eran consideradas una actividad deseable en la formación de las señoritas elegantes. Este afiche diseñado por el artista para promocionar sus clases impacta por su tono humorístico: Sívori estampó su firma en la espalda de una alumna. A la vez, “respaldándola” con sus iniciales, el maestro se presenta cómplice del gesto decidido y profesional que impulsó en sus estudiantes.

Afiche Tipos y paisajes criollos, de Godofredo Daireaux, 1903,
22,5 x 30,3 cm
Fondo Mario Canale
Centro de Estudios Espigas (UNSAM) – Fundación Espigas, Ciudad de Buenos Aires

Sívori ilustró en dos ocasiones los libros de Godofredo Daireaux: en 1902, Los dioses de la Pampa y, al año siguiente, la tercera serie de Tipos y paisajes criollos. Estos volúmenes resultan ser una vía literaria para acercarse a la experiencia como colonizador y dueño de estancias del autor francés, quien antes había sistematizado estos conocimientos en su libro Manual del estanciero (1887). 

La labor de Daireaux fue de tal importancia que se lo designó inspector de enseñanza secundaria y encargado de organizar las cátedras de trabajos agrícolas en colegios y escuelas normales.

Reproducción de Tropa de carretas en la pampa, 1880
Impreso de un aguafuerte
21 x 11,4 cm
Fondo Mario Canale
Centro de Estudios Espigas (UNSAM) – Fundación Espigas, Ciudad de Buenos Aires

Revista El Grabado, n° 1, Buenos Aires, enero de 1916
36,5 x 25 cm
Fondo Mario Canale
Centro de Estudios Espigas (UNSAM) – Fundación Espigas, Ciudad de Buenos Aires

Eduardo Sívori fue pionero en la introducción de la técnica del grabado ―particularmente al aguafuerte― en el universo de las bellas artes argentino y en su inclusión en los programas de enseñanza artística. Su discípulo Mario Canale fue un activo propulsor de esas técnicas en su actividad como periodista y director de revistas, primero Athinae, en los años de estudiante de la Academia Nacional de Bellas Artes, y más tarde El Grabado, en su rol de fundador de la Sociedad de Grabadores. En el primer número de esta última publicación ―que solo tuvo tres ediciones, entre enero y marzo de 1916―, al pie del retrato xilográfico de Sívori realizado por Canale puede leerse todo un manifiesto respecto del importante rol que imaginaban para las exhibiciones de grabado en la transformación y descentralización del gusto artístico: “Esas exposiciones serán exigidas por los pueblos a nuestro centro [la Sociedad de Grabadores], invirtiéndose los papeles”.


Exposición póstuma, Obras de Eduardo Sívori, organizada por la Comisión Nacional de Bellas Artes y la Comisión Pro-Homenaje al artista en un local ubicado en el Pabellón Argentino, 25 de octubre al 15 de noviembre de 1919.