Participa en el Salon des Artistes Français con la obra Le lever de la bonne (El despertar de la criada). Cosecha críticas en los diarios franceses, los cuales hasta publican caricaturas, que traduce y envía a Buenos Aires junto con el cuadro, que se exhibe en el local de la Sociedo Estímulo de Bellas Artes, acompañado de una importante adhesión por parte de sus colegas. Suscita un escándalo y una fuerte discusión en los diarios de la época. Este acontecimiento puede considerarse la primera batalla por el arte moderno en Buenos Aires. Es declarado socio honorario de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes.